Técnica EMDR y cómo lo aplicamos en Rosa Torrejón Psicóloga en San Fernando
Al igual que un pintor usa muchos materiales para crear un cuadro, cada psicólogo tiene en su haber diversos recursos para hacer que el tratamiento sea lo más eficaz posible y conseguir así los objetivos planteados para cada paciente.
En mi experiencia clínica he observado que “no todo sirve para todos”. La clave para que la evolución vaya según lo esperado es elegir para cada persona la terapia que más le convenga.
Por ello es tan importante que un buen psicólogo disponga de una amplia formación en técnicas diferentes y poder así personalizar el tratamiento.
Es común encontrarte en consulta con personas que vienen solicitando ayuda por un historial que les pesa como una mochila llena de piedras.
Muchas ni siquiera son conscientes de ello, sólo notan que les es difícil levantarse y llevar su ritmo de vida normal.
Ante algún hecho, que en principio no es peligroso, sienten en su cuerpo una respuesta exagerada, incluso reconocen que tienen reacciones más propias de un niño que de un adulto y no se explican el porqué.
Pero todos ellos tienen en común hechos ocurridos en una infancia o adolescencia que lo han marcado. No tenemos que pensar en un maltrato físico, que es lo primero que se nos viene a la cabeza.
Muchas veces lo que ocurrió fue que no nos prestaron atención en esa edad donde tanta falta nos hacía, quizás nuestros padres trabajaban mucho, quizás éramos muchos hermanos, quizás nuestros padres no entendían de emociones y sentimientos y no le dieron importancia, quizás, quizás…. Hay tantos quizás que se pudieron dar…
Pues bien, todo esto tiene un nombre y se llama trauma de apego. Los niños y adolescentes tienen unas necesidades que los padres deben cubrir y, por circunstancias de la vida, a veces no se atienden.
Esos niños cuando se convierten en adultos muy probablemente presenten una sintomatología que los lleve a pedir ayuda, porque, aunque su presente sea “perfecto”, no llegan a sentirse bien.
Un psicólogo con conocimientos sobre el trauma y con ayuda de los test adecuados para ellos, identificará donde está la raíz de lo que le ocurre.
Una vez localizado la fuente de todo, empezará un proceso para sanar el pasado, curando a ese niño o adolescente herido y dándole los recursos que necesita para salir empoderado y sin miedos.
Una técnica muy potente para trabajar durante todo este proceso es EMDR, siglas en inglés de la terapia de desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares. Con esta terapia se procesa todo aquello que ocurrió y que afecta a nuestro presente.
Es una técnica que, metafóricamente hablando, lo que hace es sacar aquello que tenemos guardado en el trastero y que a veces ni somos conscientes de que lo tenemos. Una vez que lo presentamos en la mesa nos permite trabajar con ello para que deje de ser una molestia para nosotros.
Es una técnica que requiere seguir unos pasos, sobre todo porque la persona debe de estar preparada para poder lidiar con sucesos duros y que, sin unos recursos donde apoyarse, les sería muy difícil asumir.
A pesar de ello, no es una terapia larga y los resultados se suelen ver rápidamente, aunque, como todo, depende del tipo de trauma del que hablemos.
Por poner un ejemplo, a mi consulta acudió una mujer con problemas para conducir después de haber sufrido un accidente de coche. Trabajamos con la técnica EMDR y en pocas sesiones consiguió venir a las sesiones conduciendo.