Los traumas nos afectan en el presente y cómo podemos tratarlos

Primeros pasos

¿Lo que me ha ocurrido hace tantos años puede influir en cómo me siento ahora?, ¿Es posible que tenga un trauma de mi infancia del cual incluso ni me acuerde?

Aunque pensemos que no pueda ser verdad, que ya está todo olvidado, que ya casi ni me acuerdo o incluso que ya está todo superado, estas dudas pueden estar presentes en nuestras cabezas hoy en día. En mi consulta por norma general cuando pregunto por la infancia, los pacientes suelen relatar que fue muy feliz.

Sólo cuando empezamos a bucear en ella es cuando nos hacemos conscientes que quizás no todo fue color de rosa. En ocasiones porque lo que ocurrió fue tan intenso que rápidamente pusimos un parche para no hacernos daño o porque éramos pequeños y no teníamos recursos adecuados para afrontar la situación. Ojalá tuviéramos esa capacidad de pasar página y punto, pero nuestro cerebro, la gran mayoría de las veces, no trabaja así.

La explicación científica más plausible es que estos acontecimientos que nos han ocurrido en algún momento de nuestra vida se han quedado guardados en nuestra memoria, pero sin procesar.  El problema está cuando en el día a día, nos vamos encontrando con situaciones que, sin ser nosotros conscientes, nos vuelven a activar esos recuerdos no procesados y entonces sentimos tristeza, rabia e incluso ansiedad.

La mayoría de las veces no sabemos por qué nos ocurre, pero lo cierto es que nos sentimos así y nos encontramos mal.

Técnicas con las que trabajo (EMDR)

Una de las técnicas con las que yo trabajo es la Reprocesamiento y desensibilización con movimientos oculares (EMDR).

Esta terapia tiene mucha evidencia científica que avala su efectividad para la resolución de traumas. Para llevarla a cabo requiere de una serie de pasos estudiados a conciencia. No es solo me siento en una butaca y mi psicólogo me hace mover los ojos, es mucho más.

Antes que nada, tenemos que recoger una historia clínica rica en detalles y para ello es importante llevar a cabo una buena entrevista. Para completar esta información se suele pasar unos test para ahondar en la infancia. Como yo digo siempre, los datos que recogemos no sólo me ayudan a mí a entender el caso en concreto, sino que también a mis pacientes ya que les permite conocerse mejor.

Una vez analizada conjuntamente esta información, pasamos a preparar al paciente para trabajar con esta terapia. ¿Qué es preparar al paciente? Pues enseñarle recursos para enfrentarse a sesiones donde seguramente no lo pase bien, es darle estrategias para trabajar en casa y sentirse más seguros, es activar nuestros recuerdos donde nos hemos encontrado seguros, fuertes, con control. El tener activados todos estos recursos será un salvavidas en algunos momentos de la terapia. Un trabajo muy importante es buscar un “lugar seguro” que será donde refugiarnos cuando el trabajo con EMDR sea intenso y necesitemos volver a la tranquilidad.

Cuantas sesiones son necesarias.

Una vez trabajado todo esto, que en algunos pacientes puede durar varias sesiones y en otros solamente una, ya estaríamos preparados para procesar aquello que está interfiriendo en la vida de nuestro paciente.

En este momento es cuando nos dirigimos a esos recuerdos y es cuando se usa la “estimulación bilateral”. En los comienzos de esta técnica sólo se usaba la estimulación visual con movimientos de dedos, pero también podemos hacerlos con sonidos, vibraciones, …

La potencia de esta terapia radica en que en la sesión se trabaja para procesar esos recuerdos, pero dicho procesamiento no acaba una vez que se va el paciente a casa, sino que continua en la cabeza del mismo una vez terminada la sesión.

Además, tengo que señalar que el terapeuta solo acompaña a que el paciente procese, pero el trabajo es de él no del psicólogo. Nosotros solo ayudamos a que dicho procesamiento sea más rápido y más seguro para el paciente.

Un recuerdo puede ser procesado en una sesión, pero lo más normal es que esto no ocurra así y que necesitemos varias sesiones para conseguir que la terapia sea exitosa.

Con todo esto que os he contado he tratado de explicar de una manera muy simplista en qué consiste la terapia EMDR. Pero seguramente que pensaréis… ¿Qué tipo de acontecimientos deben de darse para que me influya cuando sea adulto? Cuando escuchamos la palabra trauma, todos solemos pensar en un maltrato físico, violaciones, enfermedades, muertes, problemas económicos, etc.

Lógicamente, todas estas situaciones pueden llegar a ser un trauma en ese niño que lo vive, claro que sí, pero podemos encontrarnos con muchas vivencias aparentemente no traumáticas que sí pueden hacernos mucho daño. Un trauma puede derivarse de haber tenido unos padres todo el día trabajando, tanto dentro como fuera de casa, y por lo tanto ausentes emocionalmente.

Podríamos haber tenido unos padres muy exigentes y que nos ponían el listón demasiado alto, podrían haber sido unos padres que nos castigaban con el silencio, nos podrían haber estado comparando siempre con los demás, les podrían haber importado demasiado lo que los demás pensaran de ellos.

Y no sólo en el ámbito del núcleo familiar sino las experiencias vividas en el colegio, con nuestros amigos, en el deporte, con nuestros vecinos, etc.  también podrían haber sido causa de trauma.

Todas estas situaciones nos forman unas creencias sobre nosotros, nos enseña cómo debemos comportarnos, nos hace guardar emociones de miedo, sensaciones de inseguridad…. que cuando somos adultos pueden aflorar con nuestra pareja, en el trabajo, con nuestros hijos, con amigos y la mayoría de las veces no les encontramos eso nexo de unión con lo que ocurrió hace tantos años, pero que sí que está grabado en nosotros.

En definitiva, gracias a la investigación en el campo de los traumas y a la eficacia de la terapia EMDR, podemos encontrar solución de forma más rápida y efectiva a situaciones patológicas que antes se eternizaban al tratar exclusivamente las posibles causas y sintomatología presentadas en el momento actual.

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Un comentario

  1. Que curioso Rosa. No había oído nunca hablar de la terapia EMDR.
    Muchas gracias por ofrecernos una terapia de ayuda que no es invasiva y de forma práctica puede mejorar nuestro bienestar.

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