Vaya por delante que todos los estados de ánimos a priori son “sanos”.
La felicidad se puede entrenar. Es normal y “bueno” enfadarse cuando hay motivo, ponernos tristes ante una pérdida dolorosa, incluso “asustarnos” cuando experimentamos un cambio radical en nuestras vidas; una separación, un despido inesperado, etc. Tan normal como sentir felicidad cuando nos vamos de vacaciones, nos comunican unas buenas notas o nos enamoramos perdidamente.
Se tratan de emociones básicas del ser humano y cumplen su función para desarrollarnos como personas y adaptarnos al medio en el que vivimos.
¿Cuando sentir una emoción nos puede perjudicar?
Realmente los problemas aparecen cuando existe una exageración en la intensidad de la emoción, una prolongación en el tiempo excesiva o incluso una incapacidad para experimentarla.
¿Podemos hacer algo para mejorar nuestro estado emocional?
Pues claro, hoy en día existe un elenco infinito de herramientas que ayudan a la regulación emocional del ser humano y la buena noticia es que la propia persona puede hacer mucho por sí misma.
Hábitos que nos ayudan a entrenar la felicidad y tener una buena gestión emocional.
A continuación propondremos una serie de hábitos que han sido comprobado científicamente que contribuyen a tener un estado emocional saludable.
Comencemos por algo simple y al alcance de todos como es el ejercicio físico.
Sesiones de actividad física de unos 45 minutos tres veces en semana se ha relacionado, además de como preventivo de las enfermedades cardiovasculares, con una disminución de la ansiedad y el estrés, con mejoras en la concentración y memoria, disminuyendo así mismo los trastornos del sueño, incluso ayuda a aumentar nuestra autoestima.
¡Ojo! Si los gimnasios no son lo tuyo, no te preocupes puesto que igualmente se hace un ejercicio físico de calidad paseando (aunque no pisando huevos, eh), montando en bici o bailando.
Todos estas actividades nos sirven ya que son generadoras de endorfinas, conocidas como “las hormonas de la felicidad”, sustancias químicas que nuestro organismo produce y que, no solo ayudan a aumentar nuestro nivel de felicidad, sino que además están relacionadas también con la disminución de la sensación de dolor, mediadores de la respuesta sexual, incluso a regular el apetito y a reforzar nuestras defensas.
¡Qué fuerte! Nos ayuda a ponernos menos veces enfermos
Comenzamos nuevo curso, con un gran panorama de incertidumbre y las preocupaciones propias de la vuelta a nuestras rutinas después de las vacaciones.
Os animo a iniciaros en el reto de entrenar nuestra felicidad comenzando por algo tan sencillo como hacer ejercicio físico. Comprobaréis todos los beneficios que hemos comentado.
¡Nos vemos en el próximo post mucho más felices!
7 comentarios
Interesante el artículo y muy importante saber que con el ejercicio físico, podemos aumentar nuestra felicidad. A ponernos todos a ejercitar nuestra felicidad.
Estupendo. Buen propósito para la vuelta al curro.
Muy interesante.
Totalmente de acuerdo.
Mens sana in corpore sano
Verdad qe hacer deporte es un bienestar para el cuerpo y la ayuda de un buen profesional qe te oriente tu mente también
Gracias Rosa por darnos estos valiosos consejos sencillos de realizar sin necesidad de grandes recursos.
Me encanta está promoción de los hábitos saludables y potencien nuestra emociones a estar en forma también.Gracias